PAKISTÁN.- Una emocionada Malala Yousafzai regresó a Pakistán sin poder reprimir las lágrimas y reivindicando el papel de las mujeres, tras casi seis años sin pisar su país natal desde que un talibán le pegó un tiro en la cabeza por su defensa de la educación femenina.
La Premio Nobel de la Paz de 2014 no pudo evitar que se le escaparan lágrimas en un discurso televisado, tras llegar de madrugada acompañada por su padre y un hermano a Islamabad, entre fuertes medidas de seguridad y una agenda de cuatro días mantenida en secreto para evitar amenazas.
“Siempre ha sido mi sueño venir a Pakistán en paz y sin miedo, andar por las calles y reunirme y hablar con la gente”, afirmó Malala, secándose las lágrimas con las manos en un discurso televisado en la oficina del primer ministro, Shahid Khaqan Abbasi, con quien mantuvo un encuentro.
“Y está ocurriendo. Es el mejor día de mi vida, es un sueño”, subrayó la joven de 20 años, que estudia la licenciatura de Filosofía, Política y Económicas en la universidad británica de Oxford.
Ataviada con un tradicional shalwar khameez y un pañuelo, la joven habló en urdu, pastún e ingles ante un público formado por parlamentarios, políticos y diplomáticos ante el que reivindicó a la juventud del país y el papel de la mujer.
“Las mujeres también pueden ser superhéroes, empresarias… necesitan ejemplos”, dijo la activista.
Malala indicó que es necesario invertir en la educación de los niños ya que son el futuro del país y que su organización el Fondo Malala ha invertido más de seis millones de dólares en la educación de niñas en Pakistán.