TLALNEPANTLA, Méx.- Mientras el alcalde Arturo Ugalde Meneses despilfarra el dinero público en bonos y salarios estratosféricos para sus burócratas, habitantes de la colonia El Olivo I padecen el incremento de la delincuencia común, al grado que la sociedad ya vive atemorizada y exige la renuncia de director policiaco Fermín Monje.
Así lo denunciaron Rosalio Moreno Resendiz, Joaquina Sánchez García, Rito Galván Moreno, entre otros habitantes de la colonia El Olivo I, en Tlalnepantla de Baz, quienes aseguraron que en 2010, tan sólo de enero a octubre, se presentaron más de 14 mil denuncias ante el Ministerio Público por diversos delitos, de los cuales un gran número corresponde a esta comunidad marginada de servicios básicos.
Los tlalnepantlenses, presentaron un escrito desde el pasado 29 de noviembre de 2010 ante las autoridades municipales para exigir la renuncia del director de seguridad pública local, Fermin Monje, la desaparición de la policía facultativa –para que todos los elementos se incorporen a ejecutar acciones preventivas a favor de la sociedad-, así como la implementación de jornadas culturales, deportivas y recreativas que reduzcan los riesgos sociales, la drogadicción y el vandalismo.
Agregando que en esta zona del municipio “también se requiere el mejoramiento de la imagen urbana, como forma de prevención situacional, ya que Tlalnepantla padece un caso crítico donde los habitantes vivimos a media luz, debido a la baja densidad luminosa de la energía eléctrica, sumado a la falta de luminarias de alumbrado público en las calles”.
Los líderes vecinales de El Olivo I, exigieron al alcalde emanado el PRI, Arturo Ugalde Meneses, “informe la motivación política para conocer por qué se ha mantenido en el cargo al director de la policía local Fermín Monje, quien sólo ha demostrado un pésimo desempeño para abatir los índices delictivos en Tlalnepantla”.Y puntualizaron “es claro que no hay estrategia efectiva en materia de seguridad, por eso, le exigimos que haya una depuración y capacitación de los elementos tanto de seguridad pública como de tránsito, ya que sólo se dedican a extorsionar automovilistas y borrachitos; la sociedad de Tlalnepantla le exige que haya un combate real contra la corrupción a todos los niveles de su gobierno, en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF, y en el organismo de agua, OPDM”.
Por último, hay que apuntar que dicha exigencia ciudadana ha sido reforzada por los mismos oficiales de seguridad pública, que han denunciado que los altos mandos son los que imponen la corrupción al interior de la corporación, “pues exigen una renta para andar en patrulla pero en cambio no entregan aumentos de salario a la tropa que sí trabaja”.