CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Como un reconocimiento al autor Alfonso Reyes, al compositor de la música Rafael Elizondo y al director de la obra, Juan José Gurrola, la Compañía Nacional de Teatro (CNT) escenificó las obras “Landrú” y “La mano del comandante Aranda”, en el Teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque (CCB). Bajo la dirección y actuación de Marta Verduzco, se escenificaron las obras, cada una de media hora, las cuales estarán en temporada del 22 de marzo al 16 de abril, con funciones de miércoles a domingo.
Con música en vivo a cargo de Carlos Pacheco, piano; Edwin Tovar, batería; Pablo Ramírez, clarinete, y Miguel Sandoval, contrabajo, las actrices Rocío Leal, Patricia Madrid, Gabriela Núñez, Azalia Ortiz, Pilar Padilla, Violeta Sarmiento y Amanda Schmelz escenificaron “La mano del comandante Aranda”. Una pieza en que las mujeres vestidas como novicias reflexionan sobre las mano de artistas plásticos como David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, que dieron vida a sus majestuosos murales.
Cada una aborda el tema de la mano desde su punto de vista, desde una intelectual, hasta una que se dedica al quehacer doméstico, otras sobre cómo éstas pueden tocar al cuerpo de una manera distinta. “La mano del comandante Aranda”, de Alfonso Reyes (1889-1959) es una narración excepcional del mismo autor que realiza un imaginativo juego cargado de humor sobre una mano amputada, texto que muestra su creación dramática, erudita, transgresora y opuesta a la mayor parte de su obra.
La puesta en escena “Landrú”, texto del mismo autor, con música original de Rafael Elizondo, también conocido como Barba Azul, recreó a aquellas mujeres dispuestas a complacer a un hombre fuerte que además de cantar, baila con todas ellas. Canciones y bailes en una atmósfera de iluminación tenue, son el marco para que las actrices se diviertan solas o con el hombre barbado cuya personalidad enamoraba a cada mujer con su singular simpatía y porte.
La historia de “Landrú” es sórdida y macabra, por lo que no se trata de hacer una apología de este homicida que terminó en la guillotina. La creación de esta puesta en escena intenta ser divertida e invita al regocijo y al desenfado. El estreno de “Landrú” en la Casa del Lago en 1964 levantó polémica entre los escritores y críticos de esa época como Jorge Ibargüengoitia, Carlos Monsiváis, Juan Vicente Melo y Juan García Ponce, quienes, como dice Adolfo Castañón, “acompañaron la vida póstuma de Reyes con entusiasta algarabía”.