Autor de la conocida obra “El mundo como voluntad y representación”, que plantea una filosofía atea y pesimista, Arthur Schopenhauer, fallecido el 21 de septiembre de 1860, y quien se caracterizó por aborrecer el conformismo intelectual y aferrarse tenazmente a su independencia.
Originario de la ciudad de Danzig, Alemania, su genialidad para escrudiñar en las bases de la filosofía occidental lo llevó a trascender la frontera del espacio-tiempo, pues a más de 150 años de su partida su obra es todavía estudiada por los intelectuales contemporáneos.
El pensador alemán nació el 22 de febrero de 1788 y fue responsable de iniciar la crítica a la identidad entre el ser y el bien que domina la filosofía occidental de Platón a Hegel, planteamiento que posteriormente influenció a otros destacados intelectuales como Friedrich Nietzsche.
Su filosofía parte de un primer pensamiento capital: “El ser es voluntad, el ser quiere ser y quiere permanecer como ser y quiere permanecer como querer; el ser es esa voluntad que quiere ser siempre voluntad”, cita el portal de Internet “filosofia.org”.
A lo largo de su solitaria vida creó un original sistema que recogía el pensamiento de Platón y de su antecesor Immanuel Kant, para llevarlos a coincidir con el budismo e hinduismo.
Schopenhauer desarrolló una especial percepción del mundo a partir de diversas circunstancias que observó en su entorno, de ellas destaca la mala impresión que le dejó el sufrimiento de las clases humildes que veía en sus viajes durante la época posrevolucionaria, reseñan sus biógrafos en el sitio “schopenhauer-web.org”.
Luego del suicidio de su padre comenzó, bajo la tutela de su madre, una carrera comercial, la cual abandonó para ingresar al Gymnasium de Gotha.
Continuó sus estudios en Weimar y finalmente tomó cursos de medicina, ciencias naturales e historia en Gotinga.
En esa época, aconsejado por Gottlob Schulze, un discípulo de Kant, se centró en las lecturas de Platón y Kant, que posteriormente serían la base de su obra cumbre.
Cuando inició la guerra de liberación contra Napoleón, el intelectual alemán se trasladó a un pequeño pueblo alejado del conflicto, donde redactó en 1813 su primera tesis titulada “Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente”, dedicada a su madre, con quien nunca tuvo una buena relación y menospreció su obra.
Además de su amistad con Johann Wolfgang von Goethe, se contactó con el orientalista F. Mayer, quien es el responsable de introducirlo en el brahmanismo, budismo y taoísmo, entre otras corrientes.
Su obra maestra “El mundo como voluntad y representación” resultó un fracaso editorial, ya que se trató de una obra adelantada a su tiempo, poco entendida y valorada entre los pensadores de su tiempo.
Fue hasta la publicación de “Perga y Paralipómena” que su fama se dispersó. De hecho llegó a personajes como Richard Wagner, quien se convirtió en admirador de Schopenhauer y difundió “El mundo como voluntad y representación”.
El intelectual alemán murió el 21 de septiembre de 1860, reclinado en un sofá y con una sonrisa apacible.