CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Considerado uno de los autores más importantes de la literatura mexicana del siglo XX, José Emilio Pacheco es recordado por su obra en prosa, que es tan valiosa como su amplio legado poético que puede apreciarse en títulos como “Memoria”, “Presencia”, “Mar eterno” o “Lluvia de sol”.
Portales especializados en poesía como “A media voz.com”, recuperan su grandeza poética en una selección de textos que son para muchos desconocidos, como “Las flores del mar”, que escribiera a la memoria de Jaime García Terrés.
“Idilio”, “Fin de siglo” y “Los elementos de la noche” son otros de los poemas que, abordando temas como el paso del tiempo, la vida o la muerte, se pueden leer en este sitio, donde se revalora el legado de Pacheco como poeta, muchas veces opacado por el éxito de sus títulos como narrador, como “Las batallas en el desierto”.
El sitio Cervantes virtual destaca que su obra poética se caracterizó siempre por la depuración extrema de elementos ornamentales y que destacó por su compromiso social con el país.
Como narrador, recuerda, tiene relatos como “El viento distante” (1963), “El principio del placer” (1972), “La sombra de la Medusa y otros cuentos marginales” (1990) y las novelas “Morirás lejos” (1967) y “Las batallas del desierto” (1981).
Otra faceta que desarrolló fue la de colaborador en diarios y revistas con artículos y ensayos que iban de la literatura a temas de política y problemáticas sociales.
Mención aparte merece sus facetas como editor y traductor, ésta última, labor que desempeñó desde los 23 años. A lo largo de su vida tradujo la obra de Mallarmé, Rimbaud, Beckett, Malcolm Lowry y T.S. Eliot, entre muchos otros poetas.
Publicó las antologías: La poesía mexicana del siglo XIX (1965); Poesía modernista hispanoamericana (1984); y Aproximaciones (1984).
Pacheco nació el 30 de junio de 1939 y cuentan sus biógrafos que se inició en las letras de manera precoz.
Cursó sus estudios de preparatoria en el Centro Universitario México donde empezó a escribir sus primeros poemas. Más adelante dejaría la carrera de Derecho para dedicarse de lleno a las letras.
Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México recuerda la intensa actividad que tuvo en esa casa de estudios, como miembro del cuerpo de redacción de la “Revista de la Universidad”, pero también impartiendo talleres de literatura en la Casa del Lago donde formó parte del grupo Poesía en Voz Alta hacia 1957, junto con Alfonso Reyes, José de la Colina, Elena Garro, etcétera.
También lo recuerda como miembro del consejo de redacción de la Revista Mexicana de Literatura publicada por el Instituto de Investigaciones Filológicas y del consejo editorial del Periódico de Poesía, cuando Vicente Quirarte era su director (1997).