CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- Un panorama actual de la gráfica y la estampa presenta a través de piezas realizadas in situ la exposición HR Negativo: Huella, repetición e inversión en diez prácticas artísticas contemporáneas, cuya exhibición en el Museo Nacional de la Estampa (Munae) concluye el próximo domingo 12 de marzo.
Los artistas emergentes Laura Valencia, José Enrique Porras y Ernesto Alva ofrecieron una charla y recorrido por la exposición, en las que compartieron sus procesos creativos y explicaron sus piezas: Neuma, Revés, y Fracción, ciclos, respectivamente.
El montaje, con el que el Munae celebra su 30 aniversario, planteó desde el inicio que jóvenes creativos formados en la disciplina del grabado y la estampa, prepararan propuestas híbridas que jugaran con otros lenguajes como la instalación, el performance o la escultura.
“Artistas mexicanos desarrollaron su propuesta artística a partir de ciertas nociones inherentes al arte gráfico: la huella, la multiplicidad y la inversión de la imagen, en aproximación a otros lenguajes artísticos como la instalación, la escultura, el video, la intervención del espacio público y el arte urbano”, explicó al inicio del recorrido Santiago Pérez Garci, director del recinto.
Compartió que bajo la curaduría de Juan Bautista Peiró, la muestra se cuestionó el cómo debe entenderse una técnica tradicional como el grabado y la estampa, en una práctica creativa desde lo contemporáneo.
“¿Qué sentido tiene mantener un museo de carácter nacional dedicado a la estampa?, ¿qué piensan los artistas formados en el grabado sobre que la gráfica mire hacia los discursos y lenguajes propios del arte contemporáneo?, bajo esas preguntas se perfiló esta exposición”, aseveró Pérez Garci.
La muestra colectiva se completa con las piezas de Darío Ramírez, Mónica Contreras, Mazatl, Jaime Ruiz Otis, Nuria Montiel, Ana Santos y Stinkfish. En opinión de Laura Valencia, constituye un abanico de posibilidades en la gráfica, entendido como un medio abierto que puede hibridarse.
“En esta exposición las piezas invaden el espacio del museo. La idea no es que el espectador se acerque sólo al grabado de forma bidimensional, sino mirar las piezas de arriba hacia abajo y crear una experiencia distinta de mirar la gráfica”, indicó.
Expuso que técnicas como el aguafuerte o cualquiera tradicional en relación a la gráfica no está pasada de moda, sino que cada medio y técnica tiene que ser una respuesta a una necesidad especial, a la búsqueda como artista.
“Tu proyecto te va pidiendo ciertos materiales, ciertos lenguajes, que podrían ser el aguafuerte, el dibujar con papel y lápiz. La coherencia es ser consecuente con cada proyecto que uno tiene”, indicó.
José Antonio Porras coincidió en que la gráfica tradicional no está pasada de moda y no considera que la hibridación de técnicas o disciplinas tengan que ser vista como algo innovador.
“Mi propuesta viene de aquello ‘pasado de moda’, de ahí absorbo ideas, procesos, conceptos y los trato de relacionar con otras cosas como es la escultura. Estos proyectos no tratan de hacer a un lado la idea de la gráfica tradicional”, comentó.
El autor realizó Revés, integrado por tres esculturas en las que se leen, por separado, las palabras: Súbito, profundo y destello, para las cuales empleó sal, madera y cobre.
“Mi interés me llevó a buscar a que la gráfica encontrara mayor espacio en donde fuera expuesta, lo que me internó en la escultura, sin dejar a un lado los conocimientos adquiridos en la gráfica”.
Indicó que en su exploración encontró que la escultura tiene mucha relación con la gráfica, con los moldes, que son muy importantes en una escultura porque permiten la acción de multiplicidad o repetición.
En este montaje Ernesto Alva participa con Fracción, ciclos cuya intención fue utilizar la gráfica tradicional (aguafuerte, aguatinta) y utilizarla para desarrollar nuevos lenguajes.
“La idea fue utilizar los materiales, no tanto pensando en una imagen sino en cómo transformarlos y llevarlos a cierto límite para luego de cada estado hacer un registro de cómo se desarrollan los minerales, las plantas, los seres vivos.
“La pieza fue un gran reto y satisfacción que me permitió hacer cosas que tal vez en mi formación como grabador no me hubiera permitido hacer, por ejemplo el imprimir una placa en blanco. Lo que busqué fue que no fuera sólo una experiencia de contemplación fija”, apuntó.