Tuvieron que darse las protestas y manifestaciones de periodistas por el asesinato de Lourdes Maldonado en Tijuana, Baja California, para que en Palacio Nacional reaccionara Andrés Manuel López Obrador.
Y no lo hizo convencido.
Todo lo contrario.
Se quejó de que sus adversarios pretendan atribuir a su gobierno, a él, la ejecución de la periodista por no protegerla luego de que en 2019 denunciara temer por su vida debido a un conflicto laboral con el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valadez.
Sí, nuevamente culpando al neoliberalismo, a los periodistas conservadores y que extrañan el régimen anterior.
Aseguró que no se contextualiza, no se dan los antecedentes.
-Nada más “qué barbaridad, otro crimen más”. Claro, lamentable, realmente nos duele. Pero dicen “fue a pedir protección al presidente y miren lo que pasó”, como si no hubiésemos atendido a la compañera, como si no nos hubiese importado y se le dejó sin protección, se quejó en la conferencia de ayer.
¡Ah!, por supuesto, volvió a defender a su compa Jaime Bonilla Valdez, hoy ex gobernador de Baja California, con quien asiste ver juegos del capitalista y aspiracionista beisbol de Ligas Mayores, donde el empresario de medios de comunicación tiene su palco -¿qué, hay otra opción?- cual millonario no merecedor de lujos y comodidades.
El lunes, dijo que no debe ligarse en automático una demanda laboral –Maldonado ganó hace días una indemnización porque trabajó, como denunció en 2019, en una empresa de Bonilla Valdez y fue despedida- con el asesinato.
Justo cuando terminaba su conferencia, en al menos veintisiete estados y la CDMX comenzaban las movilizaciones, las protestas, no sólo por el asesinato de Maldonado, sino por la violencia en contra de los periodistas en todo el país.
Y el modus operandi es el mismo: al salir o al llegar de casa.
Apenas el 17 de enero el fotógrafo Margarito Martínez fue ejecutado a tiros al salir de su casa, igualmente en Tijuana.
Aunque se detuvo en primera instancia a Angel Peña, un ex policía que lo amenazó según consta en video y lo acusó de dirigir una página de facebook donde balconeó sus autos de lujo, fue liberado por falta de elementos.
El crimen continúa impune, por supuesto.
Siete días antes, el 10 de enero, José Luis Gamboa Arenas, director del medio digital Inforegio, fue ultimado en Veracruz, donde cubría información policiaca y política.
Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada en Chihuahua, fue asesinada de varios disparos en marzo de 2017 en la capital del estado.
Javier Valdez, corresponsal igualmente de La Jornada, en Sinaloa, fue ejecutado a tiros en mayo de 2017 en Culiacán. Hasta ahora, el crimen continúa impune.
¿Y qué cree?
El o los asesinos continúan por ahí, libres.
Y así han asesinado a decenas no solo en este gobierno.
Ayer hubo protestas en al menos 27 estados del país y la capital.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reporteros Sin Fronteras, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y Estados Unidos, reprobaron la violencia en contra de los periodistas en México y exigieron esclarecer los asesinatos.
Alianza de Medios MX se sumó a la indignación y a la demanda de justicia.
López Obrador envió, ahora sí, un grupo investigador.
Vámonos:
Ovaciones cumple hoy 75 años. Son 31 en él.
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