Será 2017 peor que 2016; menos dinero, más
inflación y dólar caro; marchas contra bodas gay
No es por amargarle el desayuno, pero si tiene ahorros debajo del colchón o en un florero, va a recibir una tanda, un bono por desempeño en su chamba o herencia de una tía lejana, lo mejor que puede hacer es no gastarlo, porque lo va a necesitar en 2017 y 2018.
Al ya de por sí recortado gasto del gobierno federal que ronda los 645 mil millones de devaluados pesos hay que sumar 239 mil 700 millones que plantea el paquete económico entregado a la Cámara de Diputados por el sonriente secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, el jueves por la tarde.
Tras la salida de Luis Virreygaray de Hacienda, autor de la reforma fiscal que le partió la suya al crecimiento y que cobra impuestos hasta por vender una cucaracha -mascotas, pues- y tomar chesco, el panorama es poco halagüeño.
Deuda que ronda el 56 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según el FMI, en los límites de lo razonable, como advierte el mismo Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, y caída del crecimiento y el petróleo. Nomás.
Hasta ahora ha habido cuatro grandes recortes que suman 645 mil millones de pesos, por lo que con los 240 mil serán 885 mil millones para 2017, una barbaridad que se acerca al billón de pesos o al millón de millones.
¿Qué tal?
En español, castellano o en la neta -como le guste llamar-, esto significa que habrá menos dinero, recursos, fondos, dinero, varo, para gastar.
Así, sencillito.
O sea, es como una familia donde la deuda en tarjetas de crédito, con el tendero, con el carnicero, con el arrendador, con el compadre, con la comadre y con los cuates le ahoga y no le deja ni dormir.
¿Cómo hacer para pagar ya no digamos el capital sino los intereses?
¡Adivinó!
Con más deuda.
Lo sano, lo que marca el librito, la receta, el instructivo de las buenas familias -ridículo, ¿verdad?- es no gastar más de lo que se recibe.
Sin hacerle al mago. En una economía sana, que crece, que genera empleos, y en la que el gobierno invierte en infraestructura y no en gasto corriente.
Si usted es de los afortunados que tiene un empleo, seguramente mal pagado, cuídelo, porque las empresas harán recortes ante la caída en sus ingresos, ya que el gobierno no soltará la lana.
Eso, aunado a la reforma fiscal del hoy despedido -sus amigos dicen que, en una muestra de dignidad, renunció por su error al traer a Donald Trump, pero la neta yo lo dudo, porque Enrique Peña tuvo que negociarlo y sacrificarlo- que derrumbó el crecimiento, el presente está para llorar.
Ayer, el dólar volvió a ubicarse por arriba de los 19 pesos y aunque lo proyectan en 18.20 en el paquete, podría alcanzar los veinte.
Recuerde que se lo advertí.
Y como siempre -soy parte de la generación de la crisis, que creció escuchando siempre hablar de inflación, devaluación, carestía-, los funcionarios no pierden.
El proyecto no señala, pese a las buenas intenciones de recortar gastos personales, un ajuste, un sacrificio de quienes han vivido del erario por años, muchos por décadas.
Ayer, José Yunes, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, se pronunció porque los salarios de privilegio que tienen la mayoría de los funcionarios públicos vayan a revisión.
-Sí estamos en momentos de austeridad y hay un recorte, y el sacrificio viene en este sentido muy claro en estos rubros, lo más que se puede hacer en otros órdenes y en las condiciones que pudiesen significar un privilegio salarial, habría que revisarlas, dijo en conferencia.
¿De qué se ríe Meade?
Miguel Angel Mancera, mandatario capitalino, molesto por el recorte a la Ciudad de México, que pega palmente en recursos para la ampliación del Metro, saltó de inmediato.
-Yo no sé de que se reía Meade al entregar el presupuesto. No es una gracia y a mí no me causa risa, dijo.
Y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y el Partido Acción Nacional (PAN) al fin coinciden: ni suficiente ni bien aplicado el ajuste.
Agárrese.
Marchas
Este sábado se llevarán a cabo las marchas promovidas por el Frente Amplio por la Familia y las iglesias cristianas en contra del matrimonio igualitario, mejor conocido como boda gay.
Fernando Guzmán, integrante de la agrupación, asegura que el proyecto de Enrique Peña Nieto para elevar a rango constitucional las uniones entre parejas del mismo sexo y su derecho a la adopción atenta contra la familia y contra la sana formación de los hijos.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio su aval en 2015 a ese tipo de uniones, pero hace falta llevarlo a la Constitución.
Como si el gobierno federal no tuviera suficiente tarea con las crisis financiera, económica y social, a Enrique Peña Nieto se le ocurrió exhortar a los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para retomar la iniciativa de matrimonio igualitario.
Tras la paliza sufrida el 5 de junio, cuando perdió siete de doce gubernaturas ante el PAN, más como una muestra de rechazo al gobierno peñanietista que como añoranza del panismo en Parque Lira, y en la que se le atribuye un gran peso a dicho proyecto de reforma, el tricolor la envió a la reserva.
A la basura.
Pero el de Atlacomulco, en su talk show del 1 de septiembre, cuando en lugar de mensaje en Palacio Nacional se armó un encuentro con tres centenares de jóvenes “de todos los sectores”, revivió las protestas, que hoy alcanzarán otro nivel.
Vámonos: Se fue Virreygaray, pero Castillo no, “porque sabe de deporte”.
Ayer, otro ridículo con la nadadora Doramitzi: no la inscribieron y fue eliminada.