Andrés Manuel López Obrador lo ha negado, pero la violencia de género se ha incrementado con el confinamiento.
Aquella marcha del domingo 8 de marzo parece no haber sido suficiente para que el tabasqueño entienda el tamaño del problema.
Luego de que lo ha rechazado reiteradamente en sus conferencias mañaneras, el asesinato el domingo de Diana Carolina Raygoza Montes, estudiante de derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), hizo estallar el tema en las pretenciosamente llamadas redes sociales.
Le dieron 39 puñaladas.
Estaba en su casa en Tepic.
No estaba en un antro -como se dice siempre a manera de victimizar dos veces- ni vestía sugerentemente.
Había denunciado acoso, pero no fue escuchada.
Andrés Manuel insiste en que su gobierno no es feminista, pero sí humanitario.
Y que el 90 por ciento de las llamadas de auxilio son falsas, incluidas las de mujeres en peligro.
Pero su gobierno desapareció los refugios para mujeres maltratadas. Les quitó el apoyo económico por corrupción, dijo.
Acaso en Nayarit, donde cobra como gobernador Antonio Echevarría García, del Partido Acción Nacional (PAN) , también consideraron falsa la denncia de Diana Carolina.
Y hoy está muerta.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 335 mujeres fueron asesinadas en México en abril, de los que 267 fueron calificados como homicidios dolosos y 68 como feminicidios.
Esto significa un incremento de 1.57 por ciento comparado con marzo, cuando se contabilizaron 330 homicidios contra mujeres.
De enero a marzo, cuando apenas comenzaba la cuarentena o el Quédate en Casa, en México asesinaron, mataron a mil 295 mujeres, de los que sólo 308 fueron clasificados como feminicidio.
La cifra es 8.91 por ciento superior al mismo periodo de 2019, el primero del nuevo gobierno.
Entonces, 305 de los asesinatos fueron considerados feminicidio.
¿Qué necesidad tiene Andrés Manuel de generar un conflicto con las mujeres y, sobre todo, de negar la indudable violencia y abuso que existe en su contra?
Si 2019 ha sido, hasta ahora, el año más violento en la historia de México en la era moderna, desde que comenzó en 1997 la lúgubre contabilización.
Por encima de los sexenios del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el que comenzó la estúpida guerra contra el narcotráfico, y del fracasado priista Enrique Peña Nieto.
Según cifras oficiales, el año pasado hubo 35 mil 588 asesinatos en todo el país, de los que mil seis fueron feminicidios.
El último año de Peña Nieto sumó 34 mil 655 asesinatos, de los que 912 fueron considerados feminicidio.
Es evidente que la violencia en México se ha incrementado y que es, hasta ahora, uno más de los temas pendientes del gobierno que ya suma año y medio.
Y también es evidente que al menos en abril, el primer mes de confinamiento, también creció la violencia en contra de las mujeres, como demuestran las cifras oficiales.
Es una invitación más
La invitación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, a sumarse a un grupo de expertos y definir políticas y estrategias es apenas eso: una invitación.
Además, es parte del protocolo.
Se invita a decenas.
Seguro.
Por cierto, López-Gatell ahora ya usa tapabocas.
Y, paradójicamente, hasta la sugerencia de la OMS de utilizarlo fue “respetada, pero criticada” por él.
Ahora, presume que lo invitan.
Vámonos: ¿Ya van a salir o hasta que un día se desapendejen y decidan salir a vivir la vida con todos sus riesgos?
No lo digo yo, lo dijo Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca.
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