¿Y usted qué haría con el avión presidencial?
Podría alquilarlo los fines de semana para bodas, XV años, bautizos.
O convertirlo en restaurante, como el que había hace 40 años en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México con el que comenzaron los famosos Wings.
¿Lo recuerda?
También está la opción de convertirlo en taxi aéreo, afiliándolo a Uber, DiDi o Cabify y sería, acaso, el más lujoso del mundo.
Un Party Plane no está descartado. ¿Por qué no?
Recorridos con fiesta a bordo para celebrar cumpleaños, bodas, compromisos, echar unas chelas, ver eljuego del Am€erica o las Chivas, despedidas de soltero, soltera y más.
Convertirlo en motel aéreo, como hacen los antros, donde ofrecen masajes con final feliz en limusinas, que pasean al cliente por los alrededores.
Organizar excursiones a Oaxtapec, a Cuautla, a Vito, a Acapulco o a París, al fin que con un tanque de combustible llega, si por eso lo compraron.
O a lo mejor se conforma con reposar en la misma suite en la que durmió Angélica Rivera, la hoy ex esposa del rostro Enrique Peña Nieto.
O, de plano, tostonearlo para recibir el billete en efectivo.
¡Ah!, pero habrá que pagar impuestos.
Sí, 1 por ciento al gobierno federal y 6 por ciento al de la CDMX.
Y contratar dos pilotos.
O uno y usted se apunta de copiloto, como Juan Camilo Mouriño en el Learjet que se cayó en pleno Palmas en noviembre de 2008.
Y contratar azafatas.
Sí, como Alejandra Barrales, la ex senadora que quiso ser jefa de gobierno de la CDMX.
El viernes fue un día de memes y de cotorreo.
Decenas, cientos, en twitter, facebook y más.
Pero, Andrés Manuel quiere ponerle un candado al ganador para que no lo remate.
Un candado para que lo venda, si quiere, en lo que dice al avalúo: 130 millones de verdes.
¿Qué, cuando usted se gana una rifa, de lo que sea, no puede hacer con el premio lo que se le antoje?
Anunció que, si nadie se anima a comprar el TP01 que no tenía ni Obama, lo rifará entre el pueblo.
Sí, no se ría.
Nomás seis millones de boletos de a quinientos varos.
Total: tres mil millones de pesos.
Se ha ofrecido en dos mil 500 millones de pesos.
Los otros quinientos milloncitos de devaluados, pero útiles pesos, serán para el mantenimiento, estacionamiento, impuestos y servicios.
No aclaró si para combustible y todos los gastos que significa.
Las reacciones en el mundo, sí en el mundo, surgieron:
-No puede vender su avión presidencial; Presidente de México considera rifar avión; Por 27 dólares tú puedes ganar el avión presidencial de México; López Obrador de México analiza rifar el jet presidencial; AMLO considera rifar el avión presidencial, y más.
Se tira al piso
Dolores Padierna, ridícula y servil, como siempre, ya anunció que ella y su esposo, El Señor de las Ligas, pueden movilizar a los simpatizantes de Morena para que compren los boletos.
-Cuando supe la noticia, pensé que era parte de una parodia, tuiteó el nefasto y demente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien compró ese avión en 2012, cuando ya se iba, para que lo recibiera Peña Nieto, luego de, como ya le dije en una entrega anterior, la muerte de sus dos secretarios de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora, y de que se pidiera seguridad para el presidente en turno porque los TP01 y TP02 tenían que recargar combustible para viajes largos.
Y ya hay un tirador que ofrece 125 millones de dólares, pero el avalúo es 130.
-Si el comprador da los 130 se va, ya. Estea la opción de la empresa en doce partes y ellos no lo harían para presumir y andar como fantoches.
Podríamos recibir equipos médicos el equivalente, dijo en su mañanera.
Trueque, pues.
-Se vende, se renta o se rifa, pero yo no me voy a subir, dijo por la tarde en su gira en Oaxaca.
Del avión, adquirido en 2012 en 218 millones de dólares – 3 mil millones de pesos, a la cotización de entonces-, aún se adeudan 2 mil 700 millones, pagaderos hasta 2027, a Banobras, por los intereses. Más IVA más gastos de terminación de contrato.
Las tandas de Peña
Peña Nieto propuso hacer tandas para reconstruir las casas dañadas en Oaxaca.
Y Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes, ni sabía.
-Se va a subastar, no a rifar.
Un boleto y usted se lo gana, ¡no!, dijo a los reporteros que le pidieron su opinión.
No, no creo.
Y cuando le insistieron, ya no supo qué decir.
Soltó una carcajada, medio nerviosa, como la mayoría de los mexicanos.
-¿Cuántos?, preguntó, ya embarcado porque no vio a jefe en la mañanera.
Seis millones de boletos a quinientos pesos.
-No lo oí, pero no se me había ocurrido, finalizó.
Vámonos:
Yo, por si las dudas y como el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, ya tengo listo mi quinientón.
¿Qué tal #SiMeGanoElAvion?
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