NAUCALPAN, Méx.-. Todos y cada uno de los trabajadores pertenecientes al Sindicato Único de Trabajadores del Estado y sus Municipios (SUTEyM) son una pieza fundamental para el buen funcionamiento del gobierno, es por ello que en las conquistas laborales, no daremos ni un paso atrás. Al contrario siempre buscaremos el beneficio de todos y cada uno de nuestros compañeros”.
Aseguró René Palomares Parra, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Estado y sus Municipios (SUTEyM), de esta localidad al conmemorar el “Día del Trabajo”.
Entrevistado en sus oficinas, Palomares Parra, destacó que las conquistas laborales no han sido nada fácil, sin embargo, reconoció que gracias a la unidad sindical, “hoy nuestros compañeros viven de manera digna”.
El dirigente sindical, recordó que hoy los miles de trabajadores sindicalizados de Naucalpan, cuentan con el apoyo de becas, despensas, asesorías jurídicas, económicas y de vivienda, entre otras.
René Palomares, recordó que el SUTEyM sección Naucalpan, creó una cláusula de apoyo a la vivienda para los trabajadores, lo que representa un fondo para destinarlo a este rubro.
El Sindicato Único de Trabajadores del estado y sus Municipios (SUTEyM) naucalpense, concentra a aproximadamente a 3 mil 750 trabajadores sindicalizados, que día a día prestan sus servicios para mejorar el entorno de este importante municipio. “Los trabajadores sindicalizados, son una pieza fundamental de los gobiernos municipales”, dijo.
LOS MÁRTIRES
El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados “Mártires de Chicago”, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886. Ese mismo año, la Noble Order of the Knights of Labor, una organización de trabajadores, logró que el sector empresarial cediese ante la presión de las huelgas por todo el país.
Entonces, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la Ingersoll estableciendo ocho horas de trabajo diario. Como los empleadores se negaron a acatarla, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo, que comenzó con una manifestación de más de 80.000 trabajadores liderados por Albert Pearsons.
Ese movimiento había sido calificado como “indignante e irrespetuoso”, “delirio de lunáticos poco patriotas”, y manifestando que era “lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.
A partir de allí, el conflicto se fue extendiendo a otras ciudades norteamericanas, logrando que más de 400.000 obreros pararan en 5.000 huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista.