Qué casualidad tan causal.
O qué causalidad tan casual.
Andrés Manuel López Obrador ha dicho siempre que no son iguales, que eso ya se acabó, que los ratas neoliberales ya se fueron y que el pasado no volverá.
La Fiscalía General de la República (FGR) donde cobra el fiscal carnal versión Morena, Alejandro Gertz Manero, solicitó ayer a la Cámara de Diputados el desafuero de Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Sí, el gobernador de Tamaulipas emanado de las filas del Partido Acción Nacional (PAN).
Lo acusa, y dice tener pruebas, de delincuencia organizada, uso de recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero) y defraudación fiscal.
Y esto huele, hiede, a uso político oootra vez de la FGR, antes PGR, para desacreditar adversarios rumbo a las elecciones más grandes en la historia de México, en junio próximo.
En los comicios presidenciales de 2018, el gobierno de Enrique Peña Nieto se valió de la PGR para acabar con la candidatura de Ricardo Anaya Cortés, del PAN, al acusarlo de enriquecimiento ilícito y de hacer un bisnesote ilegal con una bodega industrial que construyó y hasta sus suegros fueron implicados.
Un día antes de concluir el gobierno de Peña Nieto, la PGR dijo que no tenían pruebas y que Anaya Cortés era más inocente que un recién nacido.
Y así ha sido utilizada la procuraduría, hoy fiscalía, para destruir reputaciones -de por sí manchadas, ciertamente- de quienes estorban al gobierno en turno.
-Morena filtra una supuesta acusación en mi contra. De nuevo el uso faccioso de la justicia donde no hay delito. Se orquesta una embestida política. Esperaré a ser notificado para tener detalles y fijar mi posición. Nunca he violado la ley. Me defenderé ante cualquier atropello, tuiteó el mandatario tamaulipeco.
Llama la atención que el anuncio del desafuero -para poder procesarlo judicialmente- se dé el día que se aprueba la reforma eléctrica en la Cámara de Diputados tal como lo ordenó Andrés Manuel López Obrador: sin quitarle una coma.
Pareciera un distractor y un uso de la FGR descarado.
Y justo el día en que Andrés Manuel emite una carta enviada a los gobernadores para pedirles que no se entrometan, que saquen las manos de las elecciones.
Si hay pruebas, elementos, fundamento, que se proceda, pero si es una jugarreta más de la política sucia, entonces estamos ante la repetición del cuento y de las costumbres en los gobiernos del PRI y del PAN.
Tamaulipas es un cártel
Y conste que desde hace treinta años no hay un gobernador de Tamaulipas que no haya sido ligado al narcotráfico y a los malandros y que no haya sido investigado.
Manuel Cavazos Lerma (1993-1999); Tomás Yarrington Ruvalcaba, (1999-2004); Eugenio Hernández Flores (2005-2010); y Egidio Torre Cantú (2011-2016) están o han estado en manos de la policía de México y Estados Unidos.
Todos, ligados al cártel del Golfo y hasta al de Los Zetas, escisión de éste.
Lerma Cavazos, pese a ser investigado por ligas con el narcotráfico, fue senador en el sexenio de Enrique Peña Nieto y hasta fotografías se tomó con él, que fueron censuradas por la Presidencia en ese entonces.
Yarrington Ruvalcaba ha estado preso en Texas, Estados Unidos, donde se le acusa de ligas con ambos cárteles y de estar implicado en la ejecución de Rodolfo Torre Cantú, acribillado en junio de 2010 cuando era candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas.
Su hermano, Egidio, asumió la candidatura y ganó, pero también ha sido acusado de nexos con los malandros.
Eugenio, también del PRI, es acusado por Estados Unidos de haber recibido dinero del cártel del Golfo y de haber lavado millones de dólares.
Ciertamente Cabeza de Vaca ha sido señalado desde su campaña electoral de tener ligas, relación, nexos con los chicos malos de la película.
Y no sería extraño. En Tamaulipas nada se mueve si los capos, los señores del narco, no lo aprueban.
Cruzar, por ejemplo, Reynosa si se comete el error de salir por McAllen, en Texas, por auto o a pie es jugarse la vida.
En cada esquina, en cada cruce, en cada semáforo y en las avenidas se siente, se percibe la mala vibra.
Y ver los vehículos militares recorriendo las calles es intimidante y refleja la inseguridad e inestabilidad en el estado.
Vámonos: En Tlalnepantla, Estado de México, el alcalde saltimbanqui de Morena, Raciel Pérez Cruz, está más preocupado por su reelección, que están a punto de comerle con la inclusión del ex panista Alberto Diaz y con la sombra que le hace Jonás Sandoval, que en atender las obligaciones del ayuntamiento.
Una licencia de construcción -es cierto que la epidemia de Covid-19 ha alterado todo- que se solicitó en noviembre de 2020 ¡todavía está en revisión!
Hasta parece que la van a regalar.
albermontmex@yahoo.es @albermontmex