Enrique Graue Wiechers se tardó en contestar.
Andrés Manuel López Obrador insistió ayer en sus críticas a la UNAM y fue, incluso, más ofensivo.
Asegura que lo más retrógrada se enquistó en la UNAM y que los conservadores llevan lustros ahí.
Dice que en 2000, cuando candidato al entonces GDF (Gobierno del Distrito Federal), acudió con Cuauhtémoc Cárdenas a un evento en Ciudad Universitaria y que no pudieron ni entrar.
Y pus habrá sido por él, porque Cárdenas ha sido siempre bien recibido entre los universitarios.
Conste que para los políticos acudir a la UNAM ha sido siempre un desafío y un reto cuasi imposible de superar.
Millones de egresados lo saben perfectamente.
¿Qué pretende López Obrador?
Las descalificaciones, como mencioné en la entrega anterior, a la máxima casa de estudios son peligrosas.
La UNAM, precisamente por ser un crisol de ideologías y corrientes, representa también un caldo de cultivo que en cualquier momento puede hacer erupción.
Y la estrategia del tabasqueño de polarizar, dividir y enfrentar que ha aplicado en sus inminentes tres años de gobierno, intenta diariamente aplicarla entre los universitarios.
No será fácil, en caso de que lo planee, un golpe a la casa formadora de millones de mexicanos.
En su primer año quizo recortar el presupuesto, en el marco de sus tijeretazos obsesivos.
Graue Wiechers se había mantenido en silencio, oculto.
Acaso para no hacer más ruido.
La semana pasada, la reacción hasta el segundo ataque presidencial fue un comunicado.
-En la UNAM se privilegia libertad de cátedra para formar ciudadanos sin ideologías impuestas, dice el documento.
Ayer, al afirmar que lo más retrógrada se apoderó de la universidad, el ocupante de Palacio Nacional pretendió ser coloquial pero su dicho sonó más a burla:
-Si nomás los testereé y cómo reaccionaron, afirmó en relación a que, dice, la UNAM perdió su esencia, se volvió individualista y neoliberal.
Ayer, por fin, el rector emitió un mensaje en video:
-La educación que imparte la UNAM responde al llamado de la sociedad que demanda la superación colectiva y la formación de cuadros competentes y comprometidos con la prosperidad de la nación.
Prosperidad, término que Andrés Manuel no se atreve a utilizar, porque para él significa ser aspiracionista, individualista y ambicioso que pretende más de un par de zapatos.
Hace un par de semanas, el rector de la UNAM se manifestó en contra de la persecución del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, en contra de los 31 científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Se ve que les molestó.
Popularidad no significa éxitoso
El conservador pasquín The Financial Times afirma que López Obrador es el segundo presidente más popular en el mundo.
Eso sí le va a agradar.
Ya no será pasquín.
Alguien debería decirle que ser popular no es sinónimo de ser el mejor.
Celebrarán el Día de Muertos
En Coacalco, Estado de México, están listos para recordar a quienes se han adelantado y ya se encuentran en otra dimensión.
La cita es en el deportivo Villa de las Flores, el 6 de noviembre, donde se realizarán la Feria del Atole, un concurso de disfraces con premios importantes, así como la carrera Mikafest y mastografías gratuitas.
Se fomentará la unión familiar, asegura el alcalde Darwin Eslava.
Vámonos: ¿Se dieron cuenta?
Claudia Sheinbaum estrena look.
Ya se siente la señora presidenta.
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