El asesinato de Lesvy Berlín Osorio en los terrenos de la UNAM obliga a una reestructuración de la seguridad.
Los asaltos, las drogas, la venta de toda clase de mercancía en sus pasillos cual tianguis y el libre acceso es la realidad en la Universidad y hace ineludible debatir, de inmediato, su mal entendida autonomía.
La ocupación del auditorio Justo Sierra en Ciudad Universitaria, llamado Che Guevara, es una muestra de la impunidad con que operan grupos de delincuentes, presuntamente políticos, a los que las autoridades universitarias y federales evitan para no provocar, creen, una crisis, y mucho menos en víspera de la elección presidencial.
La detención en febrero de 2016 en Avenida Universidad de Jorge Emilio Esquivel El Yorch, integrante del llamado colectivo Okupa Che, que controla el auditorio, con al menos 50 grapas de cocaína, desató protestas y enfrentamientos en Ciudad Universitaria.
Y no sucedió nada.
Ahí continúan, desde el paro de 1999 encabezado por el Consejo General de Huelga (CGH) de Alejandro Echevarría El Mosh, que se oponía al aumento y a la obligatoriedad de las cuotas de inscripción promovidos por el rector Francisco Barnés de Castro.
Enrique Graue Wiechers prometió en campaña desalojarlo, pero, ya rector, recibió línea desde Bucareli para no calentar a la Universidad, porque el movimiento de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa y el paro en algunos planteles del IPN crecían y amenazaban con incendiar el ambiente estudiantil y político.
Juan Ramón de la Fuente y José Narro Robles no pudieron ni quisieron deshacerse de esos grupos y hoy la UNAM y los estudiantes sufren las consecuencias.
La Universidad no es ajena a la violencia y criminalidad que azotan al país y que el mismo Enrique Peña Nieto reconoció el miércoles, en la reunión de la Conago.
Su autonomía no significa extraterritorialidad, ni ser una especie de nación independiente. Y eso no ha quedado claro jamás.
El miedo a los grupos políticos plagados de fósiles que se dicen anarquistas y que, incluso, se han enfrentado con estudiantes tiene sumida a la UNAM en una crisis de seguridad jamás vista.
Basta recordar el tiroteo por un supuesto robo de celular en 2014, que generó movilización policiaca.
Cierto que desde el gobierno y en las escuelas públicas, como UNAM, IPN y UAM, los directores suelen utilizar y fomentar a los llamados porros, a los que, incluso, tienen a sueldo.
También que quienes gustan de fumar mariguana y de meterse cualquier sustancia adictiva, además de las permitidas alcohol y tabaco, han estado siempre ahí.
La Universidad, generadora de izquierdistas revolucionarios por naturaleza, es un caldo de cultivo donde convergen grupos políticos y sociales diversos, lo que complica su manejo y la operación, pero la situación que vive el país hace necesaria un rediseño de su sistema de vigilancia y seguridad.
Tianguis
La inseguridad es un problema y grave y no es exclusivo de Ciudad Universitaria.
La FES Acatlán, la FES Iztacala, la FES Cuautitlán y la FES Aragón están plagadas de vendedores ambulantes ¡en sus pasillos!
Sí, la libertad de expresión, la autonomía, la apertura, la tolerancia, la intelectualidad y la diversidad como bandera para permitir abusos e impunidad.
Y se halla de todo.
Desde fritangas hasta comida vegana; desde pulseras hasta relojes; desde discos pirata, hasta legales.
¿Quién o quiénes autorizaron a esos comerciantes adueñarse de las instalaciones universitarias?
¿A cambio de qué las han convertido en mercados, en tianguis?
Circula droga y las advertencias en sus diversos campus son parte del paisaje.
“Procura no caminar solo o sola al anochecer”.
“Si detectas a alguien en actitud sospechosa, denúncialo”, se lee en letreros en esos campus.
La UNAM debe restringir el acceso a sus instalaciones, aunque protesten esos grupúsculos.
Se requieren barda perimetral, credenciales electrónicas y registro e identificación de visitantes, principalmente en CU, donde el acceso es prácticamente ilimitado.
Ofrece Barrales al PRD
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) cumplió ayer 28 años y lo celebró sin sus fundadores y en agonía.
Alejandra Barrales Magdaleno, dirigente nacional del sol azteca, deslizó un discurso que muestra claramente cómo el partido se ha convertido en acompañante y patiño, que no puede ganar solo una elección y que se entrega al que pague más caro su amor.
-Vamos a ser el partido decisor en 2018. Vamos a ser el partido que defina no solamente quien pueda ganar la Presidencia de la República.
De ese tamaño es la presencia de nuestro partido político, dijo como si ser relleno en una elección fuese motivo de orgullo, cuando el PRD peleó Los Pinos de tú a tú en 2006 con el PAN del nefasto Felipe Calderón.
La guerra de tribus y su entreguismo al gobierno priísta desde el improductivo Pacto por México tiene al Partido de la Revolución Democrática hundido en la peor crisis de su historia.
Los Chuchos lo dejaron agonizante y en su rol de segundón.
¡Ah, pero en 2018 será decisor!
Agenda Estatal
En el Estado de México se firmó la primera Agenda Estatal para el Fortalecimiento del trabajo que las Organizaciones de la Sociedad Civil, impulsada por la directora del Proyecto Revolución Familiar, Viviana Mondragón Lazo.
La agenda incluye reformas para el fortalecimiento jurídico de las OSC’s, específicamente un impulso a la Ley de Fomento a las Actividades realizadas por las OSC’s en el Estado de México y reformas integrales al marco jurídico local.
Vámonos:
¿A quién le va esta noche?
¿Saúl Canelo Alvarez o Julio César Chávez junior?
albermontmex@yahoo.es @albermontmex