Con 235 mil muertos por Covid-19, los mexicanos se irán de vacaciones.
Asunto complejo.
Por un lado, el riesgo que representa por una eventual tercera ola de contagios y enfermos que saturen los hospitales, como sucedió en enero y febrero.
Entonces, se pagó el precio de las fiestas decembrinas.
Y hubo hasta 2 mil muertos diarios.
Conseguir oxígeno era una misión imposible.
Hasta ocho horas formados para reabastecer un tanque y con tarifas exorbitantes.
¿Conseguir un tanque o un concentrador?
Sólo si se tenía dinero o una tarjeta de crédito que, la mayoría, debe aún.
Y a la pérdida de un ser querido y la tragedia que significa hay que sumar el daño económico que sufren las familias, con deudas que tardarán en pagar hasta dos años o más.
Algunas sufrieron la muerte de hasta cuatro integrantes. Desde la madre y el padre, hasta los hermanos e hijos.
Es un tema complicado, porque también es cierto que los mexicanos que viven del turismo esperan ansiosos la llegada de visitantes, que significan recursos.
Que gastan y cuyo dinero representa para los lugareños la diferencia entre comer o no y hasta sobrevivir.
Sin exagerar.
Imagine cómo la han pasado los habitantes de Acapulco, de Puerto Vallarta, de Los Cabos, de Cancún, de Huatulco, de Valle de Bravo, de Tequisquiapan y más.
Viajar representa un riesgo, pero también la reactivación de los centros turísticos.
Ayer, al iniciar prácticamente la Semana Santa, en el aeropuerto internacional de la CDMX había filas de cientos de personas.
Como si en los hospitales no hubiera miles de mexicanos luchando por respirar, por vivir.
Como si se pudiera estar de humor para estar en la playa o en cualquier otro destino, mientras cientos mueren todos los días por C-19.
Como si esta no fuese la peor tragedia en México en los últimos 50 años. Ni los sismos de 1985, cuando jamás se supo cuántos mexicanos murieron, porque el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado nunca dio cifras convincentes, causaron, oficialmente, tal cantidad de muertes.
Y conste que las calles de la zona centro del entonces Distrito Federal olían a muerte. El hedor era impresionante. Nauseabundo.
Es un tema hasta de respeto, empatía y solidaridad con esos 250 mil mexicanos que murieron ya, según cifras oficiales, y que podrían ser, calculan expertos en estadística y proyecciones, hasta 500 mil.
Mientras, Hugo López-Gatell Ramírez, el subsecretario de Salud al que juzgará la historia, suelta otra frase que cimbra las benditas redes sociales:
-Lamentablemente hemos perdido a 200 mil personas
Pero hemos evitado perder 6 millones 487 mil personas, con la vacunación.
Hay que estar conscientes de que estamos salvando 32 veces más.
¿Tiene algo que ver la comparación?
Contrarreforma petrolera expropia
Tras la reforma en el sector eléctrico, Andrés Manuel López Obrador va por el control absoluto de la industria petrolera y la concentración de poder en Petróleos Mexicanos (Pemex).
Una especie de expropiación, porque prevé la suspensión de permisos y autorizaciones al sector privado para participar en el manejo, almacenamiento, transporte y distribución de productos petroleros, “cuando se prevea un peligro inminente para la seguridad nacional, la seguridad energética o para la economía nacional”.
Ahí nomás.
Vámonos: AMLO y Morena contra el INE.
Así se vivirán las vacaciones de Semana Santa.