Las familias de esta zona residencial no olvidan aquel seis de septiembre en que el emisor poniente se colapsó y las agua negras en conjunto con la torrencial lluvia que cayó inundaron la zona, provocando pérdidas económicas millonarias, pero también la vida de varias personas cuyos familiares a la fecha no han sido indemnizados.
Las autoridades de los tres niveles de gobierno se han entrampado en responsabilizarse unos a otros, tratando el problema cómo sí de un trámite administrativo más se tratara y dejando de lado la llamada sensibilidad política que debiera atender las consecuencias y exigencias provocadas por la tragedia de perder un ser querido, el patrimonio familiar y la tranquilidad.
La sociedad organizada exige acciones específicas: que se construya el drenaje profundo en esta zona, que se edifique infraestructura paralela al emisor que sirva como canal anexo al Río San Javier, que se indemnice a las familias que perdieron a sus familiares y su patrimonio, que las autoridades dejen de ‘hacer política’ y hagan el trabajo para el que se les paga.
Las fechas fatídicas, producto de negligencias gubernamentales y falta de sensibilidad política, se incrementan en el calendario de la memoria colectiva mexiquense: seis de septiembre de 2009 Valle Dorado, tres de mayo de 2006 San Salvador Atenco, 19 de septiembre de 1984 San Juanico…