Entre los fundamentos de la propaganda Nazi, establecidos por Joseph Goebbels, encontramos el correspondiente a aplicarse en los momentos de crisis: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Es así, como el presidente López genera distractores para desviar la atención a los problemas más graves y serios, que tanto afectan a los ciudadanos: crisis de inseguridad, crisis en el sistema de salud y crisis económica.
Evadiendo los temas más sustanciales para el país, en los cuales carece de resultados e, incluso, presenta retrocesos, AMLO se instala en sus conferencias matutinas con temas menores, inesperados y hasta con inverosímiles debates.
El desabasto de medicinas para los niños con cáncer, pasó a segundo término; la violencia, la inseguridad y las masacres no ceden; la Guardia Nacional se volvió en el aparato represor de migrantes y el Muro de Trump; el narco toma posesión de ciudades enteras y hasta organizan elegantes fiestas públicas; ante la deserción y las masacres, las policías comunitarias de Guerrero ahora reclutan menores de edad armados, para actuar como “autodefensas”; y la economía reporta un decrecimiento y estancamiento.
A pesar de la relevancia de estos problemas que, con el paso del tiempo, se han venido agravando, el debate social está dominado por la rifa del avión presidencial, pero sin el avión presidencial, sino por una bolsa de dinero que se recaudará con la rifa, para pagar el premio y tener otro tanto, que represente como si se hubiera vendido el avión presidencial (si así de ridículo y sorprendente); o la propuesta de eliminar determinados puentes vacacionales, debido a que el neoliberalismo priorizó dar fines de semana largos que propician la convivencia familiar y fomenta el turismo a los pueblos mágicos y playas cercanas, que enaltecer, glorificar y prender incienso a los héroes que nos dieron patria y libertad.
Con anterioridad, ante las crisis como la falsa guerra contra el huachicol, o la caída de Culiacán, o la crisis migratoria auto infringida, López ya había instrumentado el lanzamiento de distractores, como la firma de un pacto de no reelección que desató discusiones sobre la reelección presidencial; o cuando convocó a los delincuentes a “portarse bien” para “no hacer sufrir a sus mamás”; o su necia insistencia de que el Rey de España y El Papa le pidan perdón a México por los abusos cometidos durante la Conquista.
Así, entre sus “otros datos”, sus “fuchila guacala” y, ahora, su “fuchi caca”, López sigue al pie de la letra el manual de propaganda Nazi, de Joseph Goebbels. Ante los mediocres resultados de su gobierno de 4ta., los dimes y diretes del partido oficial (Morena) y las crisis auto generadas por el piloto de éste gobierno, que se muestra ausente de la realidad, ocurrente, vengativo y caprichoso, la mejor estrategia a la que puede recurrir es: fingir demencia y echar cacas al aire.