Miguel Angel Yunes Márquez no aparece.
En el Partido Acción Nacional (PAN), donde milita, lo buscan desde ayer y nomás no contesta y no da señales de vida.
Su presencia es crucial, porque un solo voto le dará a Movimiento Regeneración Nacional (Morena), alidos y a Andrés Manuel López Obrador la mayoría calificada y la aprobación de la reforma judicial.
Anoche ya era señalado como el Judas 2024.
Su padre es Miguel Angel Yunes Linares, un vividor profesional que fue director del ISSSTE en el sexenio de Felipe Calderón, como pago de factura a Elba Esther Gordillo, la ex dirigente del SNTE que se unió con su partido Nueva Alianza -hoy extinto- al panista en las elecciones de 2006, las del famoso 0.56 por ciento sobre Andrés Manuel López Obrador.
Yunes Linares fue también gobernador de Veracruz y Yunes Márquez, así como su hermano, Fernando, alcaldes de Boca del Río y Veracruz, respectivamente.
Sobre Miguel pesa una orden de aprehensión por presuntamente presentar documentos falsos ante la autoridad electoral para registrarse como candidato a alcalde de Veracruz, cuando es originario de Boca del Río, e intentar acreditar residencia de tres años mínimo en el puerto.
Sobre Fernando hay dos órdenes, por presunto delito electoral en agravio de la función pública electoral, y la segunda por presunto daño patrimonial de las Cuentas Públicas 2018 al 2021.
Anoche se desconocía el paradero del senador y diversas versiones circularon en torno a él.
Que aparecerá como nuevo integrante de Morena o del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), lo que significa lo mismo porque son aliados.
Es evidente que fue presionado por el gobierno lopezobradorista con la amenaza de apoyar la reforma o irse al bote. Tanto él como su hermano podrían ir a la cárcel.
Marko Cortés, el líder del Partido Acción Nacional (PAN) y senador, no dio la cara, mientras Ricardo Anaya, ex candidato presidencial y también integrante del Senado, se limitó a decir que no sabían dónde se encontraba.
La bomba estalló desde la tarde del lunes, pero se conoció desde el fin de semana, porque Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, aunque apoyó la ocurrencia de Adán Augusto López, coordinador de los senadores morenistas, de que con 85 votos es suficiente para alcanzar la mayoría calificada -de hecho, la cifra es 85.3- y aprobar la reforma judicial, siempre dijo que preferían hacerlo con 86 para evitar especulaciones.
Y anoche, Fernández Noroña, el porro que hoy preside la Mesa del Senado, alardeaba en redes que ya tienen los 86 votos.
La escenas fueron darmáticas y penosas.
Ver a los integrantes del PAN, la mayoría senadores, rogar, suplicar a Yunes Márquez salir a negar su traición y reiterar su voto en contra de la reforma, fue lastimoso.
Y jamás apareció.
A la medianoche no había dado señales de vida.
Cabe recordar que no es necesario que vote a favor, sino que es suficiente con que se ausente para que, entonces sí, al ser sólo 127 senadores en el salón, Morena y aliados tengan la mayoría calificada.
¿Qué es una traición a quienes votaron por él?
Sí.
Pero también es verdad que Morena y Andrés Manuel, como en las épocas más rancias del PRI y del PAN, usan a la justicia para presionar y para conseguir votos.
En caso de confirmarse la traición no habrá un lugar en México donde los Yunes puedan estar tranquilos, porque decidieron el destino de 140 millones de mexicanos con esa reforma que concentra el poder en la Presidencia y elimina cualquier posibilidad de justicia imparcial.
Vámonos: Andrés Manuel es un maquiavélico auténtico. No sólo tendrá el control del país con Claudia Sheinbaum como presidenta, a la que da órdenes, siono que, ahora, tendrá a su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, incrustado oficialmente en el partido.
Va por la secretaría general, junto a Luisa María Calderón, que será la dirigente nacional.
Andy, como le llaman, ha sido siempre el traficante y cabildeador de candidaturas en el partido, así como operador de negocios millonarios con la anuencia de su padre.
Ahora lo haará formalmente.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex