¿Por qué ganó Donald Trump?
Las encuestas -siempre las encuestas- mostraban un empate técnico entre el ex presidente y nuevamente candidato republicano y la aspirante demócrata, Kamala Harris.
Pero fallaron, como es ya una constante en todo el mundo.
¡Y de qué forma!
Latinos, negros y mayoritariamente los llamados redneck -cuello rojo- le dieron una aplastante victoria.
Sí, los latinos, amenazados con ser deportados inclusive si son residentes legales, votaron por él.
La clave, sin duda, es la economía, el dinero, las finanzas.
Un confirmado delincuente y convicto será presidente de Estados Unidos.
El republicano contrató a una prostituta –Stormy Daniels– y luego mintió y desvió recursos de sus empresas para comprar su silencio y, lo más grave, el desafío de 2021 cuando asaltó el capitolio en protesta por lo que llamaba fraude electoral, al perder ante del demócrata Joe Biden, actual mandatario estadunidense.
Algo inédito e increíble, pero cierto.
Las similitudes y el paralelismo con Andrés Manuel López Obrador, en México, son claras, contundentes e impresionantes.
Trump representa un personaje que, pese a ser de derecha, va contra lo establecido y eso gusta, seduce, a los votantes.
Atacar a los medios de comunicación convencionales o tradicionales y concentrarse en las redes sociales ha sido también parte del éxito.
Y prometer, aunque sea mentira, estabilidad “que no te dio el gobierno que termina, pero yo sí”, es fundamental.
Un discuro polarizante que subraya las diferencias entre el pueblo bueno y quienes han mentido es otro de sus recursos ademàs de coincidencia con López Obrador.
Allá, el énfasis en la economía macro, sí, pero principalmente la micro, en la del núcleo familiar, la personal.
La percepción, hacer creer a los votantes que tendrán más recursos, aunque sea mentira.
Acá, en las becas, en el dinero regalado del erario -tesoro público, al que todos contribuimos con los impuestos- que sumó en todo el periodo lopezobradorista 2.75 billones de pesos (millones de millones) y que significa votos.
Por eso, entre otras causas, los 36 millones de sufragios con los que finalizó Claudia Sheinbum, pese a los 1.2 millones de mexicanos muertos por Covid-19 debido a la negligencia del gobierno; a la muerte de niños con cáncer -llamados golpistas, incluso, por el gobierno federal-, por la falta de tratamientos y a la falta de medicamentos en general, además de la serie de mentiras.
EL ERROR DE NO FELICITARLE
Claudia Sheinbaum cometió ayer un error grave al comenzar la conferencia de Palacio Nacional, cuando se negó a felicitar a Trump por su aplastante triunfo.
Ciertamente faltaban por contabilizar algunos estados, pero el republicano ya habìa alcanzado y superado los 270 votos electorales requeridos por ley para ser el ganador y la noticia circulaba en todos los medios internacionales.
Copiar la posición de López Obradorde 2020 cuando tardó 33 días en felicitar a Joe Biden no convenía a nadie.
Es un tema de política, de diplomacia, de estrategia.
Basta recordar cómo la presunta buena relación entre Vicente Fox y George W. Bush se terminó cuando el mexicano no llamó al estadunidense para manifestarle su apoyo el 9 de septiembre de 2011 luego de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York.
Afortunadamente alguien en Palacio Nacional hizo entrar en razón a Claudia y la felicitación se publicó en X, propiedad, por cierto, de Elon Musk, un fiel apoyador de Trump.
La relación con el magnate no será fácil.
Basta recordar cómo dobló a Andrés Manuel y a su operador Marcelo Ebrard, cuando, como ahora, exigió detener a los migrantes que inundan Estados Unidos a cambio de no incrementar los aranceles a los productos mexicanos.
Vámonos: Gerardo Fernández Noroña, el porro presidente del Senado, no tiene vergûenza: “larga vida a Alberto Pérez Dayán”, dijo para el ministro que, como Miguel Angel Yunes Márquez, se entregó cuando le mostraron sus expedientes pecaminosos.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex