Andrés Manuel López Obrador llega a su segundo informe de gobierno en medio de la más grave crisis económica desde la Gran Depresión de 1932 y con la p caída en las preferencias para la misma tramo del sexenio de los últimos cuatro presidentes.
Y lo sabe.
Y lo niega.
Ayer, en su conferencia matutina, se quejó de la encuesta de Reforma que lo ubica en 56 por ciento de aprobación, desde los 59 que tenía en marzo. Asimismo, la desaprobación subió de 35 por ciento hasta 41.
Molesto, dijo, como siempre, tener otros datos.
Y hasta presumió que si la consulta para irse o quedarse se hiciese hoy, el 70 por ciento diría que se quedara.
-Como dicen los abogados, aceptando sin conceder, la encuesta dice que traigo 56 por ciento de aprobación, yo gané con 31 millones de votos, ¿cuánto es el 56 por ciento de 80 millones de ciudadanos?, ayúdame a hacer la cuenta, 45 millones, estoy 14 millones arriba, aún con esa encuesta, dijo.
Lo cierto es que la popularidad de Andrés Manuel ha ido a la baja.
Es el desgaste natural del ejercicio de gobierno.
Es consecuencia de sus decisiones extremas, como cancelar el aeropuerto de Texcoco, recortar el gasto obsesivamente en todas las áreas del gobierno y provocar una caída de la economía de -0.1 por ciento en 2019, que se agravó con la llegada del coronavirus hasta producir un desplome de -18.7 por ciento en el segundo trimestre de 2020.
Si a ello se suman los 65 mil muertos que ha acumulado México, hasta ahora, consecuencia de la Covid-19, y la inseguridad, que no baja y llevó al año pasado a ser el más violento y mortífero desde que se lleva el cálculo, el panorama es poco halagüeño.
López Obrador celebra 90 mil empleos en agosto, pese a los más de doce millones perdidos entre abril y mayo, según el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, con base en cifras, asegura, del IMSS y el Inegi.
Heath dio a conocer en julio pasado una tabla hecha por el Banxico, en la que sostiene que 3.72 millones fueron en el sector formal -el que paga impuestos y carga social- y 8.46 millones del sector informal.
Así, con su discurso de combate a la corrupción, para lo que trajo al señor Emilio Lozoya -tratado como cliente preferencial en un acuerdo comercial – presentará su segundo informe formal -aunque sea el enésimo en la práctica – en el que intentará enviar una señal de optimismo moderado, sabedor de que la realidad es otra.
De hecho, ayer reconoció que esta es una de las peores crisis de la historia, tal como lo dijo el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, el fin de semana en la plenaria de los diputados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), pero prometió, otra vez, que el rebote será en forma de V.
Por cierto, hoy no habrá mañanera.
Se guardará para el informe.
¿Dónde?
En Palacio Nacional.
Ignoran a AMLO y Noroña casi llora
Andrés Manuel López Obrador dio la orden ayer desde Palacio a Morena y al PT de que se respetara dar la presidencia de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados al PRI, pero no lo obedecieron.
Bueno, ni el coordinador de los morenistas y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) -repite con los enjuagues y chapulinazos de los diputados al ser partido mayoritario- acató: votó en abstención.
Y sólo hay dos opciones: o la línea de Andrés Manuel fue sólo para vacunarse de la triquiñuela o no le obedecieron y el cuento será que en Morena se respetan las decisiones de todos.
Mientras, se queda Laura Rojas, del PAN, hasta el 5 de septiembre.
Noroña celebra
Patético.
Gerardo Fernández Noroña, el porro de la 4T y chapulín y convenenciero como pocos, o como todos, tiene episodios constantes de demencia.
Como veleta que es ayer ya casi lloraba cuando sentía que perdería la votación ante el PRI y su candidata, Dulce María Sauri, para presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Y con un discurso de líder de barrio, dijo que era líder de la Cámara de Diputados.
-Yo soy el presidente de la Cámara en el corazón de México, estoy en el corazón de la gente, tengo su respaldo y con eso me basta , dijo en tono lastimoso.
Luego, bipolar como es, ya alardeaba en twitter que el PRI no pudo despojarlos -al PT y su camarilla, donde milita- de la Mesa Directiva.
¿Qué sucedió?
¿Por qué no se alcanzó la mayoría calificada si había un acuerdo firmado por siete de ocho partidos, excepto evidentemente el PT?
La vida te da sorpresas… sorpresas te da la vida
Javier Hidalgo, actual diputado local de Morena, es igualmente acomodaticio.
El ex integrante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ya estaba prácticamente en el olvido, hasta que se le ocurrió sumarse al partido que, sabía, lo becaría en la CDMX.
Siempre ha querido ser delegado, hoy alcalde, de la Miguel Hidalgo, donde ha brincado de un cargo a otro, siempre de media tabla.
Hidalgo presiona para que el PT fuese condicionado, luego de que sumara a Mauricio Toledo y Héctor Serrano, en la lucha por la presidencia de la Cámara de Diputados federal.
De inmediato lo señalaron como traidor y desleal, luego de que Hidalgo, Toledo y Serrano fueron dirigentes en el sol azteca.
¿Y qué dirá, ahora que los perredistas de Nueva Izquierda o Los Chuchos brincaron al PRI ayer para apoyarle en su lucha por la Mesa en San Lázaro?
Vámonos: Semáforo verde por decreto en octubre. Así se lee el anuncio de Hugo López-Gatell de ayer.
¿Usted le cree?
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