TLALNEPANTLA, Méx. La unidad habitacional El Rosario, alguna vez la más grande de México y de América Latina, envejece.
Sus más de 200 edificios presentan daños, 80 de ellos graves, los cuales son monitoreados permanentemente por Protección Civil municipal.
Jorge Montoya Suárez, jefe del Departamento de Prevención de Riesgos de Protección Civil de Tlalnepantla, explica que los edificios tienen problemas de hundimientos y estructurales, estos últimos en escaleras y zotehuelas.
“Estimamos que presentan daños alrededor de 80 edificios, de más de 200 que hay. Tenemos 80 que están presentando daños, algunos más graves que otros”, dice.
El alcalde Pablo Basáñez García menciona que la unidad tiene más de 40 años de antigüedad y 16 edificios registran inclinaciones por asentamiento del suelo, uno de ellos, el Bugambilias, de 30 centímetros y el resto de cinco centímetros.
“Esto no significa que se van a caer, sino que significan riesgos estructurales en escaleras”, aclara el munícipe.
Basáñez García precisa que rehabilitar integralmente un edificio requiere de 1.5 millones de pesos, recursos de los que carece el gobierno local, aunque para apuntalarlo se necesitan 250 mil pesos y existe la propuesta de que participen autoridades y vecinos para la aportación de los recursos.
Montoya Suárez destaca que la unidad El Rosario ha resistido de pie todos los sismos registrados en el valle de México.
“Resistieron los sismos del 85 y todos los que se han venido dando. No podemos decir un sismo y se caen, no, finalmente han resistido y dependiendo del monitoreo que se lleve es lo que va determinando el grado de riesgo que afecta”, relata.
Añade: “Una vez monitoreados podemos determinar el grado de daño que se está generando y al mismo tiempo el grado de riesgo. Podemos decir que sí existe un riesgo, dado que las condiciones son estructurales, pero no podríamos aseverar que tan graves son a corto, mediano y largo plazo”, reitera.
Asegura que hace poco un año iniciaron el monitoreo de los edificios más dañados, con plomadas y testigos de yeso, aunque los problemas datan de hace décadas.
“En años anteriores se emitieron recomendaciones con relación a las reparaciones, mantenimientos y todo eso, pero a veces no es llevado a cabo como se recomienda e implica que siga generando un daño mayor”, reitera.
La unidad El Rosario está asentada en 350 hectáreas de Tlalnepantla, estado de México, y de la delegación Azcapotzalco, con el Distrito Federal, por lo que parte de los edificios están en territorio mexiquense y el resto en el capitalino.
Montoya Suárez expresa que “en algunos edificios serían reforzamientos, en otros reconstrucción y en algunos otros a lo mejor algún tipo de adecuación o remodelaciones, todo depende del grado de riesgo que presente”.
Agrega: “Ninguno requiere ser demolido por el momento. Por el momento el monitoreo que estamos llevando a cabo, en algunos datos que se han arrojado son cuestiones de mantenimiento y en algunos casos reestructuración, digamos a lo mejor eliminar una pieza y volver a colocarla, pero tanto como demoler, no”.
Enfatiza que una opción para la rehabilitación de los edificios es que los vecinos se acerquen a una empresa constructora para que su personal repare las afectaciones, lo que tendrá algún costo significativo pero garantizará la seguridad y conservación del patrimonio de los colonos.
Afirma que El Rosario cuenta con tres alarmas sísmicas, las cuales estuvieron temporalmente fuera de operación.
La unidad El Rosario envejece, pero los medicamentos recetados hasta el momento han funcionado y sigue de pie.