CIUDAD DE MÉXICO, Méx.- La novela “Caer”, del escritor francés Éric Chevillard (La Roche-sur-Yon, Francia, 1964), publicada originalmente en Francia y luego en España, sorprende ahora a los lectores al llegar a México en una edición del sello Sexto Piso, quien ya la colocó en las mesas de novedades del país.
En una prosa magistral que recrea la fuerza de los mitos, así como las fórmulas rituales de encantamiento, Éric Chevillard, quien estudió Periodismo en Lille, ofrece una fábula oscura sobre la historia de la caída de la sociedad mundial, como una fotografía hecha por un demente, pero también como testimonio de nuestra imperecedera esperanza.
“Caer” es una isla, sus habitantes buscan escapar, generación tras generación, de esa trampa mortal que parece enloquecer a cualquiera. Todos quieren huir de ese desierto en el que no crece ninguna forma de vida, y donde los días vuelven sobre sí como el eterno retorno de lo mismo. La monotonía desquicia a esos habitantes.
Con traducción Lluís Maria Todó, esta novela de Éric Chevillard, celebrado por la crítica de su país natal desde que a los a los 23 años de edad comenzó a publicar en la editorial francesa Les Éditions de Minuit a la vez que Jean Echenoz, Jean-Philippe Toussaint o François Bon, pronto se convirtió en reconocido best seller en varias naciones de Europa.
En la trama, la población de “Caer” sabe que la existencia ahí es insoportable, por eso, todos los habitantes de la isla crearon una sociedad donde la forma más alta de altruismo consiste en exterminarse, física y moralmente, los unos a los otros. Su enorme sueño es escapar de caer, saltar, volar, pero siempre, todos se vienen abajo irremediablemente.
Sin distingos de ninguna clase, la totalidad de los habitantes, sin embargo, cada día y a todas horas siguen escrutando el cielo, con aparente paciencia, sólo para seguir odiando y maldiciendo la tierra de “Caer”. Y para esperar el regreso de su deforme mesías, “Ilinuk”, el único ser que ha podido escapar de la isla, y que prometió volver para salvar a todos.
