Farolazos nocturnales con el gran Buda
La casa vieja al fondo de la calle mostraba los estragos del tiempo, el otrora zaguán blanco estaba oxidándose y amarillento, la fachada crema había decolorado en grisácea, las ventanas guardaban el polvo del otoño y solo los majestuosos eucaliptos y olmos se arremolinaban por los fuertes vientos y se levantaban hacía la bóveda celeste…