Desdoblamientos en luna peyotera y corriendo como alma que lleva el diablo

Arrastrando la cobija, el Juan  Barrancas finalmente llego a la cruz  del cerro casi en la punta  del Tenayo, donde el Gran Tlatoani Xólotl, se  aventaba  sus jarros del néctar de los dioses y disfrutaba de los ocasos, ocasionalmente para cazar poder, la energía  de Quetzalcóatl. Ahí estaba el otro símbolo impuesto hasta nuestros días…