Del Nirvana del corazón de piedra a la Ciudad donde los hombres se convierten en dioses
Amaneció, y con un sabor seco en la boca despertó el Jhony Barrancas, abrazo su almohada toda mojada al igual que la sábana de la cama, aquello era una humedad que hasta pensó si había bebido de más en la noches o estaba-mas-turbado que de costumbre. Pero su cerebro no daba para más que un…