Los búfalos enamorados de la luna de San Simón Tolnahuac y la gitanita marimacha
La roja sangre otra vez la sentía tibia, era de la nariz y empezó a manar la moronga, dejando escarlata la carota del Johny Barrancas que despertó de sus sueños guajiros de Rastafari en el paradisiaco Puerto Escondido, donde el sol reinaba con sus espectaculares rayos, el mar era majestuoso, la arena que lo cubría…