Chebo “Guantes de Oro” y lo que el viento casi se llevo
¡No ni madres chinguen a su madre pinches rateros! y que suenan unos plomazos que dejaron sordos, y fríos a los pasajeros mientras todo se revolvía, las emociones, el miedo, el terror y el ultraje se mezclaron, haciendo un nudo en el estómago, haciendo que la cabeza explotara, en un santiamén, cuando el Tenoch vio…