A todo mambo con las borrachas palmeras de sol girando con Quetzalcóatl al amanecer
El atardecer era rojo anaranjado, el cielo encendido un espectáculo de los dioses ocultos, el sol se fundía con el mar, la eternidad, el paraíso en una playa al comenzar la noche, de inmediato los recuerdos de su viaje a Puerto Escondido, refulgieron en la mente del Barrancas, se había pasado unos días en un…