EL FUEGO DE LA MEZCALINA Y LOS WALKINDEDS BAJO LA LUNA ROJA
Después de refinarse dos órdenes de muertes lentas de pastor con piña y unas Indio oscuras, en el Jardín de Diana, el Barrancas jalo camino hacia la penumbrosa calle Porfirio Díaz, donde la música colombiana puso a mover sus extremidades además que el olor a petate era de lo más apestoso y atractivo y cantando…