EL REGRESO DEL GUITARRISTA FANTASMA O SOLO LAS 17 PUÑALADAS EN CHALMITA
De nuevo arrastrando la cobija, bueno era un decir, le pesaban los pies, le pesaba la cabeza toda su humanidad, le estorbaba para dar el paso, se sentía como en cámara lenta, mientras los demás tunantes, y paisanos de aquel barrio iban y venían correteando la chuleta, o lo que alcanzaran, pero había que estar…