SAN NABOR SÍRVEME UN ELIXIR PARA CALMAR ESTE CORAZÓN
Ya nomás falta el pachuco Tin tan, soltó en su soliloquio el Juan Barrancas, una neblina morada invadía el ambiente mientras alguien soltaba la carcajada, Jajajajaja ¿me hablabas vato ya estoy por aquí? Era el pachuco de oro, ¿mira con quien vengo? El Barrancas no se la creía, su volátil mente viajaba, estaba con una…