SUEÑOS CIMARRONES CON LA PRIMA DE LA DIOSA RAROTONGA
Se quedó observando quizás le mandarían una señal, para saber si soñaba o era un alucine barato de sus desordenes alcanforados, pero nada, y como siempre sin hacer caso a su nublada mente de descansar del trote, inicio el ascenso a la punta de la pirámide, era una escalinata de menos de cien peldaños, quizás…