Pagando las facturas en la madrugada infernal o educando al Cabezadura
A veces las cosas no salen como uno quiere, le decía el Cabeza Dura, a su inseparable sombra, el Chubiduby, y no era para menos, después de ser un irredento saltapatràs, hijo de la mala vida, ingobernable, ahora su mente le jugaba rudo, por cualquier cosa se destemplaba, no cuajaba, se sentía un ser gelatinoso…