Amigo del alma
Rrrrrrrrruuummmmmmbbbleeeeerr, fue el sonido seco de los propulsión a chorro recorrió estruendosamente el barrio del Nopaltzin, eran al parecer unos aviones caza, de combate que surcaban el cielo desde hace días y hacían que los neochichimecas alzaran la testa hacia el infinito, cuando en eso llego el Tenoch, su amigo de aventuras indómitas,…